La peli de... Ricardo Llorca

Cap comentari
Ja en portem un bon tou, de pelis especials dels nostres lectors, la nostra secció favorita. De moment han compartit els seus sentiments cinèfils el David Soler, l'Oriol Llevat, la Noemí Roig, la Rosa Blanco, la Regina Cortés i la Laia Rúbies.
Se'ns hi afegeix avui el Ricardo Llorca, un ex-alumne meu, apassionat pel cinema i amb una cultura desbordant a les esquenes. Aquesta és, ladies and gentlemen, la peli del Ricardo Llorca.

Es difícil escoger la película favorita de uno. Hay tantas y de tantos tipos que excluir a muchas buenas obras para elegir a la favorita sería un crimen. Porque hay pelis para todo, para reír, para llorar, para recibir un chute de adrenalina,  para pensar y reflexionar. Pienso que según el contexto que nos rodee un día podemos elegir que la peli favorita es una u otra. Sin embargo hay películas que te cautivan y te mantienen enganchado a la pantalla. Son películas que te hipnotizan y te secuestran del mundo real durante unos instantes para formar parte de otro mundo. Es por eso que si tuviera que pensar en una película que me haya maravillado de esta manera no tendría muchas dudas, elegiría La Huella, una pieza maestra interpretada por dos pesos pesados, Laurence Olivier y Michael Caine, dirigida por el fantástico Joseph Mankiewicz, y basada en la obra de teatral de Anthony Schaffer.

Ahora viene lo difícil, explicar una película sin destripar sus entrañas. Debo ser cuidadoso porque si algo tiene esta película es una magia que hace que si alguien cuenta un detalle de la trama se pierda gran parte del atractivo. Es como empezar una novela policiaca y saber quién es el asesino. Porque la magia reside en permanecer atento a la trama y a la interacción de los protagonistas donde a medida que avanza la historia ésta proporciona grandes momentos de sorpresa y asombro.
La película centra su atención en dos personajes, Andrew Wyke y Milo Tindle. Andrew Wyke (Laurence Olivier), un aristócrata inglés que vive en su apartada mansión mientras se dedica a su profesión, escritor de novelas policiacas, y sus numerosos juegos que tiene repartidos por su hogar. Milo Tindle (Michael Caine), es un hijo de inmigrantes italianos que se gana la vida como puede con varios negocios de peluquería. Si bien son dos personajes que provienen de mundos diferentes tienen en común una cosa: la mujer. Milo Tindle está enamorado de la esposa de Andrew Wyke. Ante esta situación el señor Wyke, desenamorado de su mujer pero sintiendo cierto apego por ella, idea un plan para quitarse de encima a su esposa pero manteniendo el tren de vida que mantenía pero que Tindle no puede sostener. El plan es sencillo, Wyke posee unas joyas valoradas en más de 170 mil libras. La idea es que el señor Tindle robe las joyas, las venda y se vaya con su esposa a vivir felices mientras que él denuncia el robo y cobra el importante seguro de las joyas. Este plan llama la atención del señor Tindle y se muestra dispuesto a colaborar en un crimen perpetrado por la astuta mente del novelista policiaco.
Creo que llegado a este punto poco más puedo decir de la película sin caer en un pernicioso Spoiler y fastidiaros parte de esta magnífica trama. Solamente me queda deciros qué podéis encontrar durante la obra y no es otra cosa que crímenes, policías, investigación, venganza, humillación, celos, duelo, competencia, engaño, juegos, envidia. Y, sobre todo, pienso que el concepto que mejor define a la película es duelo. Una lucha entre dos titanes que amenaza con devastar el escenario y no dejar ni una huella.
Me gustaría contar más cosas de esta obra maestra pero prefiero que aquellos que no la hayan visto hagan como hice yo hace años, que se sienten en su sofá y gocen de este clásico del cine. Ahora, después de contaros mi experiencia con esta película no me queda otra cosa que hacer que invitaros a verla y disfrutarla.